EL ALMA DE FRAY SERVANDO TERESA DE MIER EN NUESTRA MEMORIA
Lic. José Natividad González Parás Gob. Constal. de Nuevo León
Lic. Carmen Junco Pdta. de la Comisión Estatal para conmemorar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución
Arq. Juan Ignacio Barragán Dir. de la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León
Precursor de la Independencia y lúcido constructor de los primeros tientos institucionales de México como nación independiente, Fray Servando Teresa de Mier fue también el primer historiador del movimiento de independencia e igualmente el primer mexicano que le dio dimensión al pensamiento moderno. El pensamiento moderno que tiene por vanguardia, como lo veía Octavio Paz, al ejercicio de la crítica.
Ese ejercicio le permite a fray Servando, en su forzado exilio en Europa, adentrarse y profundizar en la realidad europea, particularmente la de España, y descubrir el lado deforme de su rostro. Fray Mier había empezado a escribir su propia biografía azarosa al pronunciar aquel famoso sermón en torno a la Virgen de Guadalupe. Así no se lo hubiera propuesto su autor, deslegitimaba tanto a la evangelización de la Iglesia católica como a la conquista y colonización efectuadas por la corona española en América.
Ya en tierras europeas, la suya se torna en la mirada de un Alejandro von Humboldt a la inversa, como lo ha puesto de relieve una de las autoras del numeroso grupo que ha estudiado la vida y la obra de nuestro incisivo dominico. En sus andanzas explora, encuentra y disecciona excesos, vicios, lacras; pero también descubre virtudes y valores desprendidos de la gran ruptura que supuso la revolución francesa con el antiguo régimen. Sus interlocutores en aquel escenario de cambios fueron figuras hijas de la Ilustración en ambos lados del Atlántico: el abate Henry Gregoire, dirigente de la Iglesia Nacional de Francia —la iglesia católica que se había deslindado de la voluntad papal—, Simón Rodríguez, el poco conocido pero sin duda sabio mentor de Simón Bolívar, José María Blanco White, con quien habrá de sostener una vibrante polémica en torno a la disyuntiva de la Nueva España: permanecer sujeta a la monarquía o emanciparse. Servando se pronuncia por primera vez en el sentido de que la Nueva España debe proclamar su independencia de la metrópoli. Y no le faltaban razones al padrino de la Independencia, como llamó Alfonso Reyes a nuestro primer regiomontano universal, para preferir la emancipación del país al que él se refería ya como el Anáhuac. Producto de la guerra de liberación librada por el pueblo español en contra del imperio napoleónico, la Constitución de Cádiz, liberal como era, asignaba a las colonias de España 22 representantes en las Cortes —a Nueva España sólo le tocaban cuatro— de los 172 escaños repartidos entre la nobleza, el clero y el pueblo llano español. La representación, como ahora la democracia, no podía ni puede sostenerse sobre la desigualdad.
Su estancia en Estados Unidos termina por pulir su republicanismo y su alianza con Francisco Javier Mina lo afirma en su convicción de derrocar al virreinato. Esa sería la última etapa de su aprendizaje como luchador por la independencia y como el patriota que siempre se empeñó, según sus propias palabras, en abrirle los ojos a sus coterráneos para que se convencieran de que no vivían en un clima de justicia.
Lo espera aún la lucha anti-imperial contra Agustín de Iturbide, que ha tomado al pie de la letra el significado de “general victorioso”, que en latín es imperator y se ha coronado emperador de México; antes, en Europa, había combatido contra Napoleón por sus ambiciones imperialistas. Lo espera también su etapa parlamentaria. En esos mismos años es nombrado diputado in absentia al primer congreso constituyente cuando se hallaba preso en la temible cárcel de San Juan de Ulúa por haber criticado la decisión de Iturbide. A la caída de este personaje participa nuevamente en el constituyente de la Carta Magna de 1824. Nuevo León contaba, en la máxima asamblea de la nación, con una de las figuras más eminentes de los prolegómenos y el desarrollo del movimiento de independencia. A este diputado visionario y certero lo había precedido, representando a Nuevo León en el Congreso de Chilpancingo, el cura general José María Morelos y Pavón.
Hombre abrazado a sus pasiones y convicciones, fray Servando nos convoca a la identificación con aquello que lo caracterizó: el estudio vehemente, el arrojo y las actitudes patriotas; nos convoca también al reconocimiento, como el que se hace en este día, a su obra y a su biografía.
La Universidad Autónoma de Nuevo León se ha sumado al esfuerzo por rescatar de la opacidad en la que se ha mantenido injustamente y durante largos años la figura y la obra de fray Servando Teresa de Mier: creó la Cátedra Fray Servando Teresa de Mier en 2007, publicó el libro Fray Servando: la mirada americana de Teresa Rotker y recientemente la Facultad de Filosofía y Letras de la propia universidad pública realizó una edición anotada de las Memorias de fray Servando, trabajo de investigación realizado por Benjamín Palacios.
En ese sentido, no debemos dudar de que aquí, en este momento, el alma de Fray Servando se halle presente. El alma de los hombres reside en la memoria de sus semejantes cuando éstos los recuerdan para honrarlos.
Gracias.
Abraham Nuncio.
Monterrey, N.L., septiembre 11 de 2009.
Plaza al Padre Mier, para septiembre
El monumento estará en el lugar que ahora ocupa el Caballo de Botero. Se utilizará una réplica de la escultura que Federico Cantú Fabila realizó del fray insurgente
Monterrey, NL.- Frente al Palacio de Gobierno y donde inicia de la Explanada de los Héroes estaría situada la plazoleta dedicada al Padre Mier, misma que se planea esté lista para septiembre y que sería una de las primeras actividades conmemorativas a los Festejos del Bicentenario en el estado.
La propuesta para celebrar los 200 años de Independencia y los 100 de la Revolución, lanzada por la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León (DUNL), también incluye una calzada de las banderas de México, la cual se instalaría en el mirador del asta bandera, en el cerro del Obispado.
La escultura elegida para instalarse en plazoleta será una réplica de la que realizó Federico Cantú Fabila, hijo del muralista regiomontano Federico Cantú, sobre el independentista regiomontano, la cual se mandó hacer a la Ciudad de México y que en un corto plazo llegaría a la ciudad.
“Se eligió la escultura del maestro Federico Cantú, del cual ya hay una original en el municipio de Mier y Noriega, (se trata de) una obra de un artista nuevoleonés de prestigio reconocido. La escultura se está haciendo y sería una réplica de la que está en Mier y Noriega”, adelantó Juan Ignacio Barragán, titular de la dependencia, en entrevista a MILENIO Diario de Monterrey.
La escultura sería de tres metros de altura y estaría colocada sobre una base de un metro de alto. Dicha plazoleta se ubicaría en la zona media entre el parque hundido de la Macroplaza y la entrada a la Explanada de los Héroes. Para cuando inicien los trabajo la escultura del colombiano Fernando Botero, Caballo, sería retirada del lugar que actualmente ocupa.
Aunque la idea original de historiadores y de la DUNL era que la escultura a Fray Servando Teresa de Mier se ubicara dentro de la Explanada de los Héroes, por cuestiones de dimensiones y de espacio se decidió colocarla en otro espacio.
“Desde punto de vista del estatus del Padre Mier se lo merece, sin embargo teníamos problemas de formatos, de cuestión estética, porque en la Explanada de los Héroes las esculturas están muy arriba y esta (del Padre Mier) es de otras medidas, por eso se optó por este lugar quedando frente al Palacio de Gobierno”, expuso Barragán.
Esta plaza sería llamada “Explanada Padre Mier”, y tendría una inversión aproximada de 1.5 millones de pesos.
Otro de los proyectos de cara a los Festejos del Bicentenario que deberán estar listos para septiembre es la llamada Calzada de las Banderas, misma que estará ubicada en el perímetro del asta Bandera, en el Obispado.
El proyecto busca realizar un recorrido histórico por las banderas que han representado a México, las cuales ya se mandaron hacer a la Secretaría de la Defensa Nacional.
“Son las banderas históricas de México, serán 19 más una que será de un ejército nuevoleonés de la época de la Reforma. Serán en un formato mucho más pequeño que el de la bandera monumental, serán de dos por cuatro”, detalló el funcionario.
Aunque la zona del mirador es azotada por fuertes vientos, se confía que al ser banderas de un tamaño mucho menor éstas no sufran daños constantes, como pasa con la macro bandera. De igual forma, se mandarían hacer tres o cuatro copias de cada bandera para los imprevistos. El proyecto es interesante pues se trata de atraer mayor turismo a la zona del Obispado, además de la importancia histórica dado que son pocos los lugares en México que cuentan con una colección completa de todas las banderas nacionales. El proyecto de la Calzada de las Banderas, el cual ya está en curso, requeriría un presupuesto de casi dos millones de pesos.